La vida, incluyéndonos a nosotros, siempre está evolucionando. En la época actual en ocasiones uno se siente cansado y abrumado, siendo difícil mantener el ritmo. Vivimos un momento complejo lleno de competitividad, un periodo singular de la historia donde la velocidad del cambio sucede a un ritmo muy rápido. Los viejos sistemas fallan y otros nuevos quieren surgir.
Hay un impulso en muchos individuos de crecer, de crear cambios hacia nuevas posibilidades dentro del caos y la transformación que se impone. Uno de los aspectos más importantes es el redescubrimiento de algo que ha estado siempre ahí y es el corazón.
Las investigaciones están viendo que acceder a la inteligencia del corazón es la clave para manejar mejor la velocidad del cambio personal y planetario. El instituto Heart Math en EEUU viene trabajando desde los años 80 en este campo.
Algunas culturas han creído que este órgano simplemente se ocupa de bombear la sangre, otras sin embargo lo han considerado el “órgano emperador”. Los revolucionarios estudios de este instituto revelan que el corazón supera al cerebro en importancia. El campo electromagnético que proyecta el corazón es más amplio que el del cerebro proyectándose hasta cinco metros.
Así el corazón transmite la información al ADN humano y todos los sistemas del cuerpo. De él depende la salud física y psicológica del ser humano.
De las teorías científicas que emergieron del S.XX, una de las más relevantes y útil para nosotros es la que indica que todo en el Universo esta interconectado y en coherencia. Coherencia implica orden, estructura, armonía, equilibrio y alineación con y entre sistemas, ya sean átomos, organismos vivos, grupos sociales, planetas… se refiere a la totalidad donde el Todo es más que las suma de las partes.
Hablando del corazón, hablamos de coherencia cardiaca y esta se logra gracias a las emociones coherentes, que no es lo mismo que emociones positivas o negativas. Cuando el corazón recibe emociones coherentes emite información coherente haciendo que los sistemas funcionen mejor.
Aquí vemos la importancia de la gestión emocional que podemos ayudar con las esencias florales, la práctica de Chi kung y la meditación.