En los últimos años la neuro cardiología ha descubierto que el corazón tiene su propio sistema nervioso autónomo, lo han definido como «el cerebro del corazón«. Este sistema transmite señales a la Amígdala ( su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales) y al Tálamo (responsable de la claridad de pensamiento y toma de decisiones). Al mismo tiempo el cerebro envía señales al corazón para , sobre todo, regular la frecuencia cardiaca. Es mayor la información que manda el corazón al cerebro que viceversa.
Otro dato importante es que el corazón crea suficiente energía eléctrica para crear un campo magnético que rodea al cuerpo en 360º, la información de este campo la moldeamos según lo que estemos sintiendo, lo interesante es que ese intercambio de información entre los campos demuestra que hay un sistema de comunicación muy real entre personas todo el tiempo. Se ha descubierto que uno de los motivos causante del estrés es el hecho de decir algo y emitir una señal diferente. Cuando la comunicación corazón-cerebro-cuerpo es correcta entramos en un estado de sincronización con nosotros mismos o lo que es lo mismo: un estado de mayor coherencia.
La coherencia es un estado saludable medible que nos regenera, contribuye a un mayor equilibrio emocional, proporciona estabilidad , abre el acceso a la intuición, a mejores funciones mentales como la capacidad de concentración, claridad mental, memoria , mejores tiempos de reacción y coordinación. La coherencia se mide con tecnologías que analizan la variabilidad de la frecuencia cardiaca ( los cambios de latido a latido en los patrones de ritmo del corazón) Es un buen baremo para medir la salud humana y no solo las funciones mentales, también la de nuestro sistema nervioso autónomo que controla el 90% de las funciones involuntarias del cuerpo como la respiración, la digestión, el sistema inmune, respuesta hormonal, función cerebral y hasta la forma en que dormimos. Es el estado resonante natural del cuerpo. La buena noticia es que podemos mantenerlo de forma bastante sencilla: expresando emociones estimulantes como el cariño, la alegría, la gratitud, la empatía, la compasión…Y con practicas que en pocos minutos pueden elevar la vibración haciendo que la intuición del corazón permita el equilibrio emocional.
Fuente:
Instituto Heart Math
